A unos 40 Km de Durón, entre Brihuega y Masegoso, se encuentra Cívica, una pequeña pedanía perteneciente a Brihuega.
Aquí, hace más de 50 años, un sacerdote de la cercana localidad de Valderebollo mandó hacer unas peculiares construcciones, no se sabe muy bien con qué intención. A día de hoy, unidas al singular entorno natural que las rodea (las tobas calcáreas), hacen de este lugar una obligada parada en el camino.
A unos 11 Km llegando desde Brihuega por la carretera CM-2011, encontramos a mano derecha un pequeño parking y en seguida divisaremos los curiosos edificios a nuestra izquierda. Si dejamos el coche en este parking, lo primero que vamos a ver son dos carteles con información. Uno sobre las aves que podemos encontrar y observar en esta zona, y el otro sobre las tobas calcáreas, las peculiares formaciones naturales de roca y vegetación que se encuentran en este lugar.
Justo al otro lado de la carretera podemos observar una toba activa que forma una bonita cascada y otras tobas inactivas y cuevas formadas por la acción del agua a lo largo de los años.
Si continuamos por la carretera podremos observar por fin las construcciones de Cívica, un conjunto de cuevas y galerías adornadas con sus particulares balaustradas. El estado actual de las edificaciones es bastante mejorable, se encuentra deteriorado y algo abandonado, sin embargo es visitable por 2€ por persona, y se puede contactar con la persona responsable a través de un teléfono visible en la entrada del recinto.
A la derecha de la construcción aparece un pequeño sendero que sube hacia la parte de arriba, y hacia el pueblo. También se puede continuar un poco más adelante por la carretera y a mano izquierda sube otro camino que lleva hacia el pequeño y encantador pueblito.
Después de un agradable paseo por el pueblo, recomendamos una última parada en el bar de Cívica, situado junto al río Tajuña, justo al lado del parking donde hemos iniciado la visita. El bar se encuentra ubicado en un lugar privilegiado y las vistas y el relajado ambiente invitan a tomar un refrigerio antes de emprender de nuevo el camino.